A lo largo de la historia, muchos boxeadores invierten su dinero en lujos carros, negocios o vicios que poco a poco van acabando con su carrera. Uno de los casos más recordados sobre el despilfarro de billetes tuvo como protagonista a Víctor Rabanales, el boxeador que «compró» el volcán Popocatépetl.
Su carrera
Conocido también como «El Rústico», Rabanales vivió momentos de gloria en el boxeo a principios de los años noventa. La cúspide de su carrera la vivió en septiembre de 1992 cuando se convirtió en en campeón mundial peso gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) tras vencer al japonés Joichiro Tatsuyoshi.
Una vez que llegó su esplendor, también comenzó el ocaso de su carrera. A pesar de lo efímero que su su andar en los cuadriláteros, Víctor aseguró que llegó a ganar más de un millón de dólares cuando fue monarca. Con el dinero que fue amasando con cada pelea, organizaba fiestas que duraban cerca de 20 días, pagaba boletos de avión para que todos sus amigos fueran testigos de sus peleas y gastaba cerca de $5,000 dólares en cosas que, de acuerdo con sus propias palabras, «no sabía qué eran».
Además, fue dueño de un departamento en Texcoco valuado en $65 mil dólares, dos terrenos y tres automóviles.
Una carrera muy rápida | Foto: @PromoDelPueblo (Twitter)
Rabanales solo pudo defender su cetro gallo en una ocasión de manera exitosa, ante el filipino Dadoy Andujar. En 1992 fue cuando perdió su cinturón ante Byun Jung-il, y aunque trató de recuperarlo en más de una ocasión, nunca pudo volver a coronarse como campeón del mundo.
Con 41 años, Rabanales optó por retirarse del boxeo profesional; su récord fue 49 triunfos (26 por la vía del ‘cloroformo’) y tuvo 21 descalabros.
El declive y el fraude
‘El Rústico’ vivió uno de los momentos más tristes de su vida cuando trataron de venderle una parte del volcán Popocatépetl por 30 mil dólares.
«Pensaba en construir un gimnasio para trabajos de altura y algunos juegos que a lo mejor me iban a dar clientes. También tenía la idea de poner una granja de conejos. Trataba de buscarle utilidad al terreno, porque sea lo que sea me dieron los papeles y se los entregué a mi esposa», comentó para la revista Proceso en 2010.
El «trato» se hizo a las faldas del volcán. En un principio, las personas con las que iba a cerrar todo este proceso no se presentaron y no hubo acuerdo; sin embargo, Rabanales cuenta que, en ese mismo lugar, dos mujeres se acercaron para hacerle la misma oferta y cerró «la compra».
Lamentablemente, estos solo fue el principio de una serie de fraudes que poco a poco fueron dejándolo sin dinero. Vendió su propiedad en Texcoco, comenzó a consumir en exceso alcohol y drogas e incluso vendió su cinturón del CMB por $5,000 pesos cuando tenía un valor de $15,000 dólares.
Tras haber probado las mieles de la gloria, Rabanales llegó a trabajar como de franelero, cargador y mesero. El CMB le brinda un apoyo mensual de $1,500 pesos, pero Víctor ha asegurado que este dinero no le alcanza para sobrevivir.
«Desgraciadamente, se pierde el equilibrio mental andando en bajos vicios. Se pierde todo. Me da tristeza. Nunca me voy a explicar. Siendo un ídolo. Caer así de esa forma.
«De ese dinero (del CBM) procuro gastar sólo 50 pesos diarios. Me compro una botella de agua, una torta o una comida económica. Lo importante es guardar algo por si falla el trabajo», reveló.
Una historia sin igual | Foto: Pablo Lozano
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